Viviana Sánchez Bobadilla, quien hizo un Doctorado en Educación en la Universidad Complutense de Madrid, España, a través del Programa Nacional de Becas “Carlos Antonio López” (BECAL) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), colaboró con una investigación sobre el “Modelo Neurobiológico Relacional” en el libro “Modelos Educativos del Siglo XXI” donde señala la necesidad del aporte contextual con mirada actual e innovadora al proceso de enseñanza-aprendizaje.
La colaboración de nuestra becaria en el libro, con el Dr. Valentín Martínez- Otero Pérez, surge como resultado de un proceso de análisis y reflexión acerca de lo que está ocurriendo actualmente con los modelos educativos y el papel que desempeñan en los distintos contextos, así como también en la educación. Esta iniciativa, señala Viviana, se origina en la necesidad de comprender y responder de manera crítica y propositiva a los múltiples desafíos que hoy enfrentan los sistemas educativos en todos sus niveles.
“Esta colaboración no solo busca identificar las limitaciones de los enfoques vigentes, sino también abrir caminos hacia propuestas más inclusivas, contextualizadas e innovadoras, capaces de responder a las necesidades formativas de las nuevas generaciones y a las demandas de una sociedad en constante transformación”, resalta.
El libro fue publicado por la editorial española Dykinson. Una parte será entregada a las instituciones educativas y la otra será comercializada por la editorial.
La investigación desarrollada por nuestra becaria se centró en el análisis de las dificultades que se presentan en el aula y que obstaculizan la efectiva producción del aprendizaje. Al respecto, indica que el estudio partió de una profunda preocupación por comprender las dinámicas del proceso dual de enseñanza-aprendizaje, con el objetivo de aportar a la construcción de un modelo educativo que responda verdaderamente a nuestra realidad contextual.
Asimismo, refiere que la metodología empleada incluyó la aplicación de cuestionarios y encuestas dirigidas tanto a docentes como a estudiantes, lo que permitió recoger una amplia gama de percepciones y experiencias sobre los factores que inciden en la calidad del proceso educativo. A través de este enfoque, se buscó identificar los obstáculos estructurales, pedagógicos y emocionales que interfieren en el logro de los aprendizajes significativos.
Añade que la investigación no solo aporta insumos empíricos valiosos, sino que también se constituye en un llamado a repensar los marcos teóricos y metodológicos que guían actualmente la práctica educativa. En ese sentido, el trabajo representa un paso importante hacia la formulación de propuestas más contextualizadas, inclusivas y transformadoras que reconozcan y respondan a las complejidades del aula en nuestro entorno. Cabe destacar que de esta investigación surge el Modelo neurobiológico relacional.
“Desde una perspectiva situada en nuestra realidad y contexto socioeducativo, se vuelve imprescindible repensar el proceso de enseñanza-aprendizaje incorporando miradas actuales que integren elementos hasta ahora poco considerados o insuficientemente desarrollados. Esta necesidad responde a los profundos cambios culturales, tecnológicos y pedagógicos que atraviesan nuestras comunidades educativas y que exigen enfoques más dinámicos, inclusivos y contextualizados”, afirma.
Viviana explica que este aporte parte del reconocimiento de que no es posible continuar aplicando modelos educativos descontextualizados, que muchas veces ignoran las condiciones reales en las que se desarrollan las prácticas escolares. Por ello, se propone una reflexión crítica que permita incorporar nuevas estrategias, metodologías activas y enfoques interdisciplinarios que respondan a las características, intereses y necesidades de los estudiantes en la actualidad.
Expresa que al integrar elementos innovadores —como la educación emocional, el aprendizaje colaborativo, el uso crítico de las tecnologías o la valoración del conocimiento local— se abren nuevas posibilidades para enriquecer la experiencia educativa, favoreciendo una comprensión más integral del proceso de aprender y enseñar. “Este enfoque no solo busca mejorar los resultados académicos, sino también construir espacios formativos más humanos, significativos y transformadores, donde el conocimiento se genere a partir del diálogo entre saberes, la participación activa y el compromiso con el entorno”, asevera.
Nuestra exbecaria manifiesta que la educación, tal como la hemos concebido durante décadas, necesita ser re-pensada desde perspectivas más profundas y humanas. Refiere que no basta con ajustar contenidos o metodologías y que es necesario colocar en el centro al ser humano, entendiendo su complejidad y riqueza.
Agrega que ponerle fuerza al espacio relacional implica reconocer que el aprendizaje no ocurre en soledad, sino en un entramado de vínculos donde las emociones, la confianza y la comunicación auténtica son tan importantes como los conocimientos académicos. Acota que es en la interacción con otros donde las ideas se nutren, los valores se encarnan y las habilidades cobran sentido.
“Mirar al ser humano desde su neurobiología nos invita a comprender que cada experiencia educativa impacta el cerebro, moldeando redes neuronales que sostendrán la capacidad de pensar, crear, sentir y convivir. Esto exige que la enseñanza respete los ritmos naturales, los procesos de atención, memoria y motivación, y que favorezca un aprendizaje significativo, capaz de conectar la mente con el corazón, considerar el entorno significa asumir que educar es también ayudar a comprender, valorar y transformar el contexto en el que vivimos. Un entorno rico en estímulos positivos, respetuoso con la diversidad y en sintonía con la naturaleza, no solo fortalece el aprendizaje, sino que inspira a los estudiantes a ser ciudadanos conscientes y comprometidos”, sostiene.
Finalmente, manifiesta que repensar la educación desde estos elementos —el espacio relacional, la neurobiología y el entorno— es apostar por una pedagogía que no se limite a transmitir información, sino que forme seres humanos plenos, capaces de construir juntos una sociedad más justa, empática y sostenible.