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Exbecaria de BECAL desea impulsar revolución científica en la Psicología paraguaya y mejorar el sistema de salud mental

“Tres de cada cinco paraguayos está sufriendo ansiedad y la está gestionando como puede. A mí eso me parece alarmante. Por eso concursé para ganarme la beca y perseguir el sueño de impulsar una revolución científica en la Psicología paraguaya y mejorar el sistema de salud en lo que refiere a salud mental”, apunta la exbecaria del Programa Nacional de Becas de Posgrado en el Exterior “Don Carlos Antonio López” (BECAL), dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Maureen Montanía, quien hizo un Máster en Ciencias de la Salud y la Psicología Clínica por la Birkbeck University of London, universidad a la cual accedió gracias a la beca Chevening-CAL, y de la cual se recibió con honores (grado: Distinction, en 2022). Además, fue la primera paraguaya galardonada con el Premio Princesa Diana, de Reino Unido, que reconoce el trabajo humanitario de jóvenes visionarios a nivel mundial.

Refiere que hoy Paraguay ocupa el primer lugar de países que sufren de ansiedad, nerviosismo y preocupación en Latinoamérica, y el cuarto lugar con resultados más preocupantes dentro del Índice de Vulnerabilidad de la Salud Mental del Banco Mundial. Afirma que para estar equipada como corresponde y poder articular una respuesta acorde al problema, decidió formarse en una universidad rankeada y en una sociedad avanzada en materia de derechos que, como tal, tiene una relación estrecha con la academia y basa sus marcos regulatorios y organización civil en la producción científica que promueve en sus universidades.

Comenta que tras un año de su regreso los esfuerzos aún están lejos de la meta de transformar el sistema de salud mental en Paraguay, pero confía en que son pasos seguros que podrían funcionar como cimiento para alcanzarla de manera colectiva.

Maureen Montanía Ramírez es psicóloga recibida con honores en la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”. Además, es diplomada en Terapias Basadas en la Evidencia Científica (TBE) por Sensorium – Centro Afiliado al Albert Ellis Institute; Didáctica Universitaria por la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”; y Gestión de la Innovación y la Tecnología por la beca CONACYT para gestores de innovación (desarrollada por la Universidad Nacional de Itapúa).

Comenta que eligió el máster en Ciencias de la Salud y la Psicología Clínica porque se necesita mejores prácticas de investigación para mejorar nuestro sistema de salud mental y la calidad de vida de nuestros compatriotas. Al respecto, señala que actualmente Psicología es una de las carreras más populares en el país y uno de los servicios que se encuentra en creciente demanda desde la pandemia, pero sólo ocho universidades tienen clases de psicología experimental y, en su mayoría, los estudiantes de los cursos de investigación no realizan investigaciones prácticas ni publican en revistas científicas.

“Las veces que se investiga con tiempo y dedicación suele ser para cumplir el requisito de tesis, pero aun así se utilizan métodos con limitada generalizabilidad, como muestras pequeñas o intencionales, y análisis cualitativos o cuantitativos rudimentarios, sin mencionar la cantidad exorbitante de fraude ante la ausencia de un sistema estándar para identificación de plagio”, apunta.

Agrega que esta falta de cultura académica lleva a soslayar el valor de las prácticas basadas en evidencia, una realidad que se vio con gran claridad durante la pandemia, cuando proliferaron las pseudociencias y nadie lograba comprender el lenguaje y el ritmo científico, menos aún contar con cierta profilaxis para hacer frente al estrés.

“Hay que entender que las consecuencias de no tener una base científica sólida en la profesión no es sólo un mal para la academia sino para la sociedad, que es la que sufre la falta de formación científica cuando va a sus sesiones de psicoterapia y sale peor o cuando directamente no tiene a dónde acudir por el costo de los aranceles y/o el escaso número de profesionales capacitados. La sociedad es la que queda en desidia gestionando sus emociones en piloto automático, típicamente con sustancias para anestesiar el malestar y/o comportamientos erráticos”, añade.

Menciona que eligió el Reino Unido, porque cuenta con los últimos avances en psicología experimental y una fuerte cultura de la ciencia psicológica, desde prácticas clínicas hasta prácticas de comunitarias y trabajo interdisciplinar. A ello sumó que eligió Birkbeck University, que tiene una destacada tradición investigadora y es conocida por sus investigaciones de calidad líder a nivel mundial.

“El máster y la universidad en sí fue todo y más de lo que esperaba. Yo venía de 5 años de experiencia en investigación en Paraguay, acompañada sucesivamente por mis brillantes mentoras, las doctoras Norma Coppari y Alexandra Vuyk, que me habían guiado hasta agotar recursos y convertirnos en colegas. Entonces, mi objetivo principal fue adentrarme en métodos y enfoques que desafiaran mis límites de conocimiento. Y así fue; aprendí a usar máquinas de electroencefalografía, sensores biométricos de respiración, a hacer feedback psicofisiológico, registrar y analizar los inputs con ayuda de mi tutora Iroise Dumontheil”, manifiesta.

Además, dice que tuvo la oportunidad de colaborar como voluntaria en el Baby Lab, un laboratorio científico de la universidad donde se estudia el desarrollo del cerebro durante los primeros años de vida, y pudo también acompañar las clases de refuerzo de Métodos Cuantitativos Avanzados de la profesora Nazanin Derakhshan, una materia altamente desafiante que congregaba al menos 40 alumnos de diferentes carreras de post-grado en el recinto de la Sociedad Médica de Londres.

“Mi mayor alegría fue recibirme con el puntaje más alto en esta materia que tanto aportó a mi perfil profesional y que redobló mi pasión por la investigación. En paralelo, formé parte del Club de Lectura y el Club de Networking de Mujeres de la universidad. Por si fuera poco, me encontraba viviendo en Goodenough College, una residencia de post-grado cuyo patron (persona influyente que apoya una organización) en ese entonces era la reina Isabel II. En esta residencia galardonada anualmente como mejor alojamiento especializado en los Global Student Living Awards, me habían aceptado como única miembro paraguaya en el periodo 2021-2022. No tengo palabras para expresar todo lo que su próspera comunidad académica y vibrante vida social me brindó tanto a nivel profesional como a nivel humano”, indica.

Asimismo, recuerda que fundó junto a Lisa Von Glahn la Sociedad de Bienestar y Salud Mental, desde la cual impulsaron y brindaron port talks (encuentros y charlas entre profesionales para tratar innovaciones y consideraciones en la disciplina), contando con la colaboración de respetados académicos, y que además brindan sesiones regulares de mindfulness y organizan junto con el Decano de Goodenough, Alan McCormack, un retiro académico de tres días sin aparatos electrónicos en la histórica mansión The Burn en Escocia donde entrenamos a los miembros en ejercicios de relajación y reestructuración cognitiva.

Actualmente se desempeña como Coordinadora del Laboratorio Científico de Investigación “Aikumby Lab”, el primer Centro de Altas Capacidades y Creatividad en Paraguay que impulsó junto a su mentora la doctora Alexandra Vuyk antes de su viaje a Londres, y que se encuentra en acelerado y prolífico crecimiento, tanto en publicaciones científicas y disertaciones a nivel nacional e internacional, como en la práctica, mediante esfuerzos colaborativos con el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y la Organización Multidisciplinaria de Apoyo a Profesores y Alumnos (OMAPA).

Asimismo, es coordinadora de tres proyectos de investigación del Programa Nacional de Incentivo a los Investigadores (PRONII) dentro de las líneas de altas capacidades y creatividad. El más importante consiste en la realización de un Mapa de Talentos de todo el Paraguay, donde buscan detectar al 10 % superior en capacidades intelectuales y aplicar programas de desarrollo de talento que promuevan un cambio estructural a nivel social mediante la identificación y el apoyo a las mentes más brillantes del país.

Maureen también forma parte de la Gira de Storytelling Científico financiada por el CONACYT y llevada a cabo por el equipo de Aikumby en colaboración con La Cartográfica. Este proyecto consiste en un taller para universitarios donde se enseñan herramientas de visualización gráfica para impulsar y mejorar las técnicas de divulgación científica a la sociedad en universidades y centros educativos de Fernando de la Mora, Villa Hayes, Coronel Oviedo, Artigas, Asunción y próximamente Natalio.

En paralelo, se desempeña como miembro del Comité Asesor Científico en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), desarrolló clases de Capacitación Pedagógica en Metodologías Innovadoras para la Educación Superior en la Universidad Comunera (UCOM), entre otros.

Destaca la importancia del BECAL señalando que es enorme para el crecimiento de Paraguay. “Como beneficiaria, sé de primera mano el poder transformador que esta oportunidad tiene para toda persona con excelencia académica que ama su país y quiere verle crecer. Para los que tuvimos el privilegio de acceder a una educación superior con mucho esfuerzo, que exista BECAL es un respiro y un impulso de esperanza que permite que te olvides de las limitaciones y puedas ver un futuro lleno de posibilidades, donde ningún sueño es demasiado grande porque tenés apoyo y la confianza de tu propio país para perseguirlo”, remarca.

Sobre el reconocimiento con el Premio Princesa Diana, sostiene que representa un honor y un hito sin igual en su carrera, pero, sobre todo, un profundo compromiso con nuestro país. “Ser la primera persona de nacionalidad paraguaya en ser galardonada con este Premio que celebra el trabajo humanitario de jóvenes visionarios a nivel mundial, es un privilegio que asumo con responsabilidad y gratitud. Además, como constituye un legado de la creencia de la Princesa Diana de que los jóvenes tienen el poder de cambiar el mundo, es también un enorme motor para el cambio social a gran escala, desde mi lugar en la ciencia”, subraya.

“La influencia que tuvo en mi vida fue enorme desde el primer día en que supe que había recibido el Premio mediante las cartas de los príncipes Guillermo, duque de Cambridge y Enrique, duque de Sussex y todo lo utópico que vino después: la publicación de la noticia en la página del Gobierno Real que decía “Outstanding young hero in Paraguay receives award in memory of Princess Diana” y mi inolvidable visita al palacio de Westminster donde la Vicepresidenta de la Cámara de Lores (House of Lords), la baronesa Susan Elizabeth Garden, tuvo la amabilidad de ser mi mentora durante la National Mentoring Week del año 2022, donde los galardonados fuimos asignados con un miembro del parlamento británico acorde a nuestro perfil, para recibir su guía en lo que refiere a transformación social. Gracias a la baronesa, pude conocer y participar de sesiones en la Cámara de los Lores (House of Lords) y la Cámara de los Comunes (House of Commons) y tener la oportunidad compartir dos horas de su guía personalizada en el Member’s Dining Room, donde hablamos tendido sobre las mejores estrategias para vincular la academia a la acción social en un país como Paraguay”, acentúa.